Este fragmento está dedicado a un personaje que, pese a no ser principal, ha revolucionado la historia. Es el principio de su historia, contada en verso.
Está el joven mirando
por la ventana de su torre,
confundido por el encanto
de la mujer que corre.
Nadie se acerca a él,
nadie entra en su torre
por miedo a lo que él es
y a lo que su interior esconde.
Puede volar y no quiere,
puede rugir pero canta
a la mujer por la que muere.
Aunque no escuche a su gente
y por más que viva en su torre
ella y él son diferentes
y no hay quien en humano lo torne.