jueves, 5 de septiembre de 2013

Prólogo de El baile del Cuervo Negro

       Lluvia. Así es como empieza esta historia, en una pequeña ciudad entre montañas, concretamente en la zona norte de ésta, cuyo verdadero nombre sólo es recordado por los más mayores, y ahora es  apodada como “La ciudad de las Casas Quemadas”. ¿De dónde viene este nombre? Pues del amargo y misterioso suceso que tuvo lugar en la zona oeste de la ciudad. Aproximadamente una treintena de casas ardieron sin dejar ningún superviviente. Esto conmocionó no solo a los habitantes de la ciudad, sino a todo el continente. La policía investigó durante bastante tiempo qué pudo provocar el terrible incendio, pero no sacaron nada en claro. Entre todas estas casas se encontraba la mansión Cuervo Negro. Esta mansión es reconocida porque tiene tres hermanas: una por cada punto cardinal, es decir, en el norte, otra en el sur y una última en el este. Sólo dos de estas mansiones estaban habitadas… hasta que la familia Norton compró la del norte. La llamada Árbol Blanco, haciendo clara alusión a los cornejos blancos plantados en el patio principal de la casa.


     Aunque los Norton habían vivido durante años en la zona sur de Casas Quemadas, al entrar el hijo menor, Rick Norton, en bachillerato decidieron mudarse cerca del centro escolar más prestigioso de la zona, ya que Demi Norton trabajaba como abogada desde muy temprano y su marido, Jack Norton, estaba fuera durante meses, lo que obligaba a Rick a ir caminando hasta el colegio. Para él fue una alegría, pues no sólo vivía cerca de uno de los mejores colegios, sino que también lo hacía en una de las casas más antiguas de la ciudad, aunque lo que más le atraía era conocer a gente nueva.

lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Algo distinto! haciendo la segunda portada.

Lo cierto es que la portada de CDFADD no salió cómo debería. De hecho, las tres fotos tomadas para la portada fueron desechadas, y estuve a punto de hacerlas de nuevo, pero, a parte de las fotos para la portada, ese mismo día le hicimos una sesión de fotos a la modelo, Paula Garrido. Una de ellas se hizo mientras se echaba el pelo hacia atrás y cambiaba de pose, un fallo de foto, y que al final terminó convirtiéndose en la foto de portada. El resto fue fácil, se resume así:
No como había planeado, pero ¡mil veces mejor que mis expectativas!